3º ROUND!!!
Pues parece que vuelve la rutina y otra vez estamos de vuelta. Después de un parón necesario y muy esperado, volvemos con mucha fuerza. Han sido semanas intensas y de mucha actividad extraordinaria en el cole, por lo que no he tenido la oportunidad de sentarme a escribir. Atrás quedan la visita a Coruña con los de 4º y Bachillerato, o también, nuestro encuentro anual de asociaciones MarCha de esta zona. Sinceramente, lo echaba de menos y ya tenía ganas de poder centrarme en los avances de mi clase, reflexionar sobre ello y compartirlo.
Aunque no haya escrito nada en las últimas semanas, no quiere decir que no hayamos tenido nuestras asambleas semanales, cada día más demandadas por los chicos. En estas dos últimas semanas han aparecido dos asuntos realmente inquietantes y me ha sorprendido que cada día avanzamos "menos", ya que prácticamente la mayoría se anima a participar (aún no he conseguido que sea total) y me dificulta el poder avanzar más ágilmente.
Para los primeros días de clase programamos una actividad diferente: una gala y exposición de talentos. Esta propuesta surgió a raíz de una conversación informal que tuve con varios de los compañeros con los que más me desenvuelvo en mi centro y sinceramente, me hizo a darle un poco a la cabeza para ver cómo podíamos mejorar el aprendizaje de los chicos y adaptarnos a sus potencialidades. Mi compañero Juan y yo nos lanzamos rápidamente y ofrecimos una actividad un tanto particular.
Propusimos a los chicos de ambas clases que prepararan una exposición al resto de sus compañeros sobre sus habilidades más desarrolladas. Para ello comenzamos con un vídeo de motivación (
https://www.youtube.com/watch?v=DPexxZbh-K0) Al principio, fue duro para ellos detenerse y pensar en sus principales talentos, pero a lo largo de la primera jornada, fueron desvelando algunos de ellos. No todos tuvieron el valor de sacar esas cualidades, ya que en varios pesaba la vergüenza (responsabilidad del profesor, mía en este caso, por no haber favorecido un clima de confianza a estas alturas y que se sientan libres de expresarse en todos sus ámbitos), pero los resultados fueron muy buenos, incluso por encima de mis expectativas.
Para exponer las diferentes visualizaciones, adaptamos los escenarios y lo abrimos al patio, el salón de actos y la clase (si nos lanzáramos a modificar nuestro contexto habitual...) y nos rodeó un ambiente extraordinario. Pudimos ver a gente tocando instrumentos, ofreciendo charlas sobre sus
temas "estrella", mostrar al resto capacidades físicas, manualidades que
desarrollaban con mucha destreza,... Una delicia haberlo presenciado.También pudimos apreciar a gente que disfrutaba de una clase, ya sea mostrando a los demás lo suyo, como aprendiendo de otros. Ha sido una gran apuesta y los chicos también lo valoraron como algo muy bueno y diferente.
Volviendo a nuestros temas habituales, la primera semana hablamos de la siguiente cuestión: ¿es mejor ser niño o ser adulto?.
La reflexión parte de las eternas comparaciones que realizan o les realizamos en la vida infantil y la vida adulta. Constantemente, les señalamos con comentarios como "ya lo harás de mayor", "aún eres un niño",... y ellos también "juegan" y sueñan con el tiempo que viven y vivirán. Una situación de éstas sirvió como punto de partida para marcarlo en la hoja de la asamblea.
La primera pregunta fue clara y se ciñó al primer planteamiento. Y las respuestas no se hicieron esperar. Valoramos que tiene de positivo y negativo ser niño y también ser adulto. Sus respuestas se enmarcaron a varias ideas. Los niños destacan por jugar, por disfrutar lo que viven, por soñar, por ser libres y por recibir apoyo. Como aspectos negativos, argumentaban que tienen que estudiar para crear su futuro, que tienen pocas responsabilidades y que son totalmente dependientes de sus padres. Respecto a los adultos, destacan como positivo que tenemos dinero, que somos realistas con lo que nos rodea, que somos más libres porque decidimos y hacemos lo que creemos y que somos dueños de nuestras cosas. En cambio, valoran como negativo el ser tan independiente, la cantidad de responsabilidades que tenemos, la cantidad de trabajo, la atención de nuestra casa o parejas, las continuas preocupaciones que nos afectan y nuestros estados de nervios. También cocinar es algo que han valorado negativamente.
Otras de las afirmaciones que han hecho han sido:
-"Los niños tenemos que estudiar, pero afortunadamente no es algo que nos vaya a tocar hacerlo para siempre".
-"Los niños desconocemos muchas de las cosas del mundo, y eso tiene su parte buena, pero también su parte mala".
-"Los niños disfrutamos lo que vivimos, no nos agobian las preocupaciones que vemos en los adultos"
-"Es cierto que los adultos cumplen sus deseos, siempre y cuando hayan luchado por ellos".
La segunda cuestión que nos permitió entrar en debate fue el comparar a los dos estados: ¿qué es mejor, ser niño o ser adulto? La mayoría se decantó por ser niño, y los argumentos que verbalizaron fueron muy evidentes: el principal que marcaban era el poder jugar. El juego como medio de vida, de disfrute, de crecimiento, de estar con los tuyos y con otros (y no les falta razón a lo que han argumentado). Tan solo uno de ellos se inclinó por el estado contrario, y
señalaba que le encantaría probar el ser mayor, un adulto con alma de
niño, pero que pudiera hacer cosas de mayores. Otros discursos que ofrecieron fueron los siguientes:
-"Los niños son más felices que los adultos, al menos, es lo que aparentan".
-"Somos felices porque tenemos tiempo libre, nos cuidan, nos tomamos las cosas mejor".
-"Disfruto cada momento y veo que mis padres no lo hacen".
-"Es gratificante ver la gente que me acompaña y de los que recibes cariño".
-"Somos afortunados porque nuestras preocupaciones son menores. Eso sí, también por estar donde estamos en el mundo".
Mis chicos viven muy cómodos en el momento de su vida en el que se encuentran. Realmente, por lo general, viven bien, tienen cubiertas sus necesidades, tienen ambientes propicios, disfrutan de su gente, de los juegos,... Vamos, una edad dorada para ellos. En cambio, hay algo que me preocupa. ¿Qué impresiones transmitimos a los menores? Señalan que estamos preocupados día sí y día también, que no paramos de hacer cosas (en ocasiones sin mucho sentido), que vivimos en un estado permanente de nervios, que nuestros intereses no son muy bien entendidos,... Creo que falta de razón no les falta. Espero que durante este tiempo que están formándose, alguien les oriente y enseñe a aprender a vivir (a mi también me gustaría cursarlo). No me gustaría que las próximas generaciones proyectaran el mismo estado a sus menores.
Una vez concluida la cuestión anterior, la semana pasada vimos la siguiente reflexión: ¿por qué existimos, qué/quién nos creo? ¡¡¡Tela!!! La idea parte de una situación personal de un alumno que se encontraba en casa y aburrido, se puso a mirar la ventana. A raíz de observar el exterior, se lo planteó y lo quiso compartir con el resto de sus compañeros.
Las primeras observaciones estaban relacionadas con el egocentrismo humano que nos caracteriza: "sería un mundo soso sin nuestra presencia", "para reinar la tierra", "porque tiene que haber un mundo mejor que otros, ya que el resto de planetas no tiene nada",... Poco a poco, intentaron explicar la creación a raíz de teorías científicas famosas y que a algunos de ellos les empezaba a descolocar:"estamos aquí gracias a la evolución del mono", "vivimos porque las células han ido evolucionando hasta lo que somos hoy día", "hemos sido más fuertes que otras especies, aunque esto podría haber sido diferente". Estos argumentos iniciales provocaron otros interrogantes más profundos que fueron compartiendo con el resto de clase:
-"Vamos descubriendo cosas del universo poco a poco, pero... ¿por qué hay cosas que están fuera de nuestro alcance?"
-"¿Somos los únicos en el universo? En el caso que haya más gente... ¿seremos iguales?"
-"Si Dios nos creó... ¿por qué permite las enfermedades y las barbaridades? ¡Es difícil de comprender!"
-"¿Es posible que otros seres crearan nuestro mundo?"
-"Nos hemos cargado nuestro planeta y la contaminación está presente cada día"
-"El plantea estaría mejor sin nosotros, ya que lo hemos destruido".
-"Me planteo si Dios es bueno o malo... ¿No puede aparecer Jesús ahora para solucionarlo?".
Cantidad de cuestiones han ido saliendo, y algunas de sus conclusiones han sido demoledoras, y un tanto pesimistas. Valoro que no ven su futuro muy claro y que la percepción que tenemos del lugar en el que habitamos no da para muchas alegrías. Incluso, empiezan a cuestionarse la figura de Dios como la necesidad de tener un "culpable" o algo que justifique los diferentes comportamientos pasados o presentes que sufrimos.
La siguiente cuestión en la que derivó la conversación fue ¿estamos solos en el universo?, ¿hay o habrá vida fuera? Esto ya fue más divertido porque comenzaron a divagar en algunos de sus razonamientos. Lo que plantearon al respecto fue:
-"Otros seres, personas o... alienígenas han creado y conviven con nosotros a miles de kilómetros".
-"No es demostrable en estos momentos, pero se han descubierto organismos no conocidos".
-"Posiblemente hayamos sido creados por error o por casualidad"
-"Habrá galaxias similares o mundos paralelos, donde vivan civilizaciones en un pasado parecido o en un futuro".
Una vez concluido el turno de intervenciones, valoro que estos chicos tienen inquietudes en saber qué nos podríamos encontrar fuera. Realmente, es una incógnita, pero muchos de sus posicionamientos tienen sentido, al menos para mí. Me cuesta creer que estamos solos en esta inmensidad estelar y que alguien o algo más nos acompaña. No comparto que nos vigilen ni que nos observen, ni ninguna de estas teorías de Hollywood, pero algo me hace pensar que tienen parte de razón. El tiempo lo dirá...
Para concluir este artículo, comparto las diferentes temáticas que se planteaban en nuestro rincón semanal:
-¿Por qué la vida es tan injusta?
-¿Para qué decir hola si después de un tiempo sabemos que hay que decir adiós?
-Por qué la vida puede dar un vuelco en un segundo?
-¿Por qué la gente tiene que morir?
-¿Por qué si somos hijos de un mismo Dios, a algunos les pasan cosas buenas y otros no?
-¿Por qué la gente miente?
-¿Por qué no recordamos cuando éramos pequeños?
-¿Por qué hay veces que la gente quiere saber cosas que les pueden causar dolor?
-¿Qué es un sueño?, ¿por qué soñamos?, ¿se puede controlar lo que soñamos?
-¿Qué es ser normal?
-¿Somos distintos?
-¿Por qué hemos cambiado los números romanos por los de ahora?
-¿Existen hojas o semillas del diablo que te pueden matar?
Me quedo con una frase que apareció en una de estas conversaciones y que hizo que se me iluminaran mis ojos: "Puedes ser feliz en esta vida, siempre que lo intentes". Aprende majo...