Rinconesenlared

jueves, 10 de noviembre de 2016

¿PUEDO USAR COLORES?


Mira que estaba estancado y dándole vueltas a la cabeza sobre que detenerme a escribir hoy. Lo he tenido delante a lo largo de las dos primeras horas de clase de esta mañana y no he sido capaz de darme cuenta hasta que no me he puesto a apuntar mis tareas en mis típicos papeles y apuntes, donde voy anotando lo que tengo que hacer cada día. Nada más empezar a escribir y utilizar algún que otro color, he sido consciente sobre lo que quería analizar.

Hoy hemos seguido con el proyecto CTM (más adelante, desvelaré las siglas) y hemos estado haciendo un mapa mental, una técnica de trabajo que hoy en día está en auge, o al menos, eso nos comentan. Un tipo de preguntas que más me ha acompañado mientras estaba pasándome por las diferentes mesas ha sido algo parecido a esto: ¿de qué color pongo el enunciado?, ¿y esa respuesta?, ¿puedo utilizar colores para el título?, ¿puedo inclinar el cuaderno para que me entre mejor?... Quizás, son frases muy normales y no digan mucho pero realmente, valoro que esconden algo. Hace tiempo que me replanteo cómo enfocamos con los chicos los trabajos diarios en los diferentes documentos que van elaborando. También, las inseguridades que provocan nuestros métodos en algunos momentos y en su toma de decisiones.

Por un lado, pienso que no dejamos que los chicos se expresen libremente ante un folio. Constantemente, ordenamos que hagan las formas de una determinada manera, remarcamos los colores que deben estar presentes en los documentos (azul, negro y poco más), les decimos el lugar exacto donde tienen que colocar los rótulos correspondientes, incluso las propias hojas de trabajo son cuadriculadas (para bien y para mal). Encima, en algunas reuniones de profesores, discutimos si es más apropiado un color u otro, o que no haya ninguno siquiera, pasando por alto otros aspectos más importantes.

Me estoy convenciendo de que este planteamiento no es la fórmula ideal. Creo que es necesario que nuestros alumnos reciban algunas indicaciones y orientaciones sobre cómo diseñar un documento formal, cuales son las recomendaciones más plausibles, pero a la vez, también pienso que no es muy adecuado cercar todo su trabajo, que no les permitamos salir de esa idea que les vamos creando. Deberíamos dejarles crear, componer, probar diseños, expresar en los cuadernos aquello que pasa por esas  ingenuas y geniales cabezas, y que lo plasmen en sus propias producciones. ¿No será más entretenido abordar contenidos de lengua o matemáticas con un formato propio? Dotar de libertad el diseño de sus tareas, les ayudaría a sentirse más cómodos con esos trabajos tan rutinarios que deben sacar hacia adelante cada día. Y seguro que puede convertirse en un motivo más para potenciar sus responsabilidades, con un grado de motivación mayor. ¿Te imaginas una clase que elabore documentos como éstos aunque aborden una temática común? https://www.40defiebre.com/50-ejemplos-curriculums-originales/

Por otro lado, dejando ya el tema del diseño y el desarrollo de su creatividad (aunque solo me he referido a la creatividad artística), me replanteo la segunda cuestión que señalaba arriba: nuestros chicos se muestran muy inseguros ante la toma de decisiones. Constantemente, buscan en nuestras respuestas o mandatos, la sentencia que deben afrontar en cada momento y evitan tener que encararse a un reto, desde levantarse a tirar algo o dejar una chaqueta porque tienen calor. Les cuesta resolver estas situaciones cotidianas,y posiblemente, seamos los primeros responsables que les vamos cortando las alas. 

Pienso que debería ser un análisis más global y haciendo partícipes a las familias y el funcionamiento que tienen en casa, pero la escuela es un lugar excelente para aprender a tomar esas decisiones de una manera reglada. Realmente, en el día a día se busca eso, que vayan aprendiendo a decidir, pero me cuestiono si generamos espacios y rutinas que puedan provocar eso en ellos. Tenemos muchas dinámicas con un potencial enorme y que no utilizamos. Es más, gran parte de las decisiones que les afectan las tomamos por ellos, para que no "pierdan tiempo" o porque es más práctico y eficaz para nosotros. Si cambiáramos esto (al menos yo), podríamos conseguir logros significativos en su proceso educativo.

Para concluir, os adelanto que un alumno (vamos a llamarlo "Señor Maligno", con todo el cariño) está insistiéndome en sacar adelante algo diferente. En cuanto lo tengamos definido, os lo contaremos.


2 comentarios:

  1. Hola Manu,

    Según leía lo que has escrito, me he acordado de este vídeo que vi hace un tiempo. Te dejo el enlace:

    https://www.youtube.com/watch?v=2NjQAnMzols

    ¿ El "Señor Maligno"? Ja, ja, ja...

    Ánimo

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  2. ¡Me encanta el vídeo! Creo que es un reflejo de muchas realidades. Muchas gracias por enviármelo y con tu permiso, lo comparto. Muchas gracias por tus ánimos.

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