Rinconesenlared

jueves, 17 de noviembre de 2016

Y LLEGÓ VOLDEMORT!!!

¡Qué sensación más extraña tengo últimamente! Ya lo comentaba la semana pasada, pero hoy, me está costando mucho más de lo normal el sentarme a escribir. Espero que solo se deba al cansancio, porque es una situación un tanto incómoda. Con lo que disfruto de este momento... 

Hoy quisiera compartir dos situaciones. El primero se centra en un momento puntual de clase que vivimos esta mañana y el segundo, el tema principal de esta reflexión.

En primer lugar, algo que tiene que ver con la entrada que subí la semana anterior. Continuamos con el proyecto de "Cambiemos el mundo" (se está haciendo muy lento el hecho de trabajarlo solamente una hora a la semana) y hoy debían empezar a realizar carteles sobre los derechos humanos (esta semana estamos trabajando los derechos de la Infancia a nivel de centro). Una vez expuesto el trabajo inicial y las pautas que debían seguir, han vuelto a preguntar algo relacionado con el estilo: ¿puedo pegar fotos?, ¿puedo colocar...? y ahí he interrumpido rápidamente a un pobre chico. Les dije claramente, que una nueva norma debía surgir en nuestro trabajo: ¡somos libres para hace/deshacer, colocar, colorear,... todo lo que tengamos que presentar! A partir de ahora, les he "prohibido" (palabra muy fea que aparece fácilmente en una clase) que el profesor, es decir, yo, les vaya a decir cómo deben organizar sus trabajos. Ha llegado el momento de no ser partícipe de cuadricularlos a todos y de tener un espacio en el que ellos mismos vayan tomando esas decisiones. Me ha encantado ver sonrisas justo al decirlo (reconozco que en clase hay veces que me paso de teatrero). Si no lo planteara así, creo que me estaría convirtiendo en un auténtico hipócrita... 

La segunda idea que quiero compartir es el nuevo trabajo en el que me he comprometido. Creo que va a ser un proyecto muy especial y del que tengo muchas ganas de sentirme partícipe y colaborar lo máximo posible. La semana pasada os adelantaba que un tal "Señor Maligno" iba a cruzarse en mi camino y que estaba maquinando algo especial. Y la verdad, que el tío lo ha pensado tanto que ha tenido una idea muy brillante.

Señor Maligno es un alumno que estuvo en mi tutoría el año pasado y este año dio el salto de etapa (secundaria). Pensando bien en su apodo, creo que este nombre no le favorece. Ya que es un amante de Harry Potter, le quedará mejor el nombre de Voldemort (seguro que le gusta más). Describiría a este chico como un amante de los libros, con un gran sentido crítico y con unas ganas locas de aprender y profundizar en todo lo que se le pase por delante, cualidades poco habituales hoy en día entre el alumnado. Tengo la suerte de compartir varios espacios con él a pesar de estar en etapas diferentes (ventajas de un colegio que empieza en Infantil y acaba en Bachillerato), y sobre todo, en la asociación de tiempo libre que tiene el centro: MarCha (este nombre daría para treinta entradas).

Este verano coincidimos en un campamento que organizamos en Tui (lugar mágico de la provincia pontevedresa y limítrofe con Portugal) y allí, tras compartir varios diálogos y conversaciones en nuestros tiempos libres, apareció su primera propuesta: tenemos que hacer algo juntos, un blog donde los dos trabajemos a la par, codo con codo. En ese momento, me hizo tanta ilusión, que empezamos a desvariar y estuvimos pensando en formatos, contenidos, estilos,... Aparecieron los temas como el fútbol (pasión que tenemos en común), revivir unos rincones de clase pero en la red (lugar de expresión sobre lo que sucede en una clase) temas de actualidad,... pero no dimos con algo que nos ilusionara firmemente. Lo más sencillo que nos hubiera resultado hubiera sido el trabajar la opción del fútbol pero si llegamos a tirar por ese camino,... igual nos "matan" en nuestras casas (más en la mía que en la suya, por perder el tiempo con esa temática).

A lo largo de estos meses, cada vez que nos cruzábamos por los pasillos o coincidíamos en los intercambios de nuestras clases, me lo recordaba. Y lo que comenzó como "un amor de verano" (una promesa que suena maravillosa pero casi siempre queda en el olvido o que muere en las intenciones) se ha ido convirtiendo un argumento de peso para trabajar en lo académico. La semana pasada le pedí que enviara formalmente su idea y que le diera forma, que me lanzaba a acompañarlo en este proyecto novedoso.

Su idea es la siguiente: "tener un lugar común para reflexionar sobre las noticias que están asaltando el mundo. Me parece animado para los lectores y para nosotros poder poner dos puntos de vista diferentes como son el de un adulto y el de un niño. Temas que nos impacten personalmente o que nos puedan preocupar o interesar,..." No está nada mal el planteamiento que hace como punto de partida. Un poco de vértigo sí que siento, no os voy a engañar. Pero el poder fusionar el análisis de un alumno y de un profesor que intercambian posturas, visiones y experiencias... valoro que tiene un potencial tremendo. Estoy convencido que este cometido me ayudará más a mí que a él (a ver si consigue fracturar poco a poco el hermetismo que me caracteriza).

En los próximos días, compartiremos nuestro nuevo rincón digital para ver cómo se nos va dando esta experiencia tan innovadora (al menos, para mí). Tengo muchas expectativas sobre este nuevo proyecto y creo que me nos va a resultar muy beneficioso a los dos. Como diría en algunas de las reuniones que coordino: "lo vamos viendo"...





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