Rinconesenlared

jueves, 4 de febrero de 2016

LAS REDES SOCIALES

Después de tener el día festivo por la patrona de la ciudad, hemos afrontado una jornada extraña, dónde he percibido dispersión y dificultades a la hora de comenzar, pero bien es cierto, que en el momento que tocas temas que les motivan, van entrando solos (cuando nos daremos cuenta los profes que prácticamente todo depende de nosotros, siempre que presentemos lo que realmente interesa y con un formato atractivo).

Retomábamos la sesión con un trabajo previo que habíamos planteado el lunes, donde recibimos una charla de la policía sobre el uso adecuado de Internet y sus posibles riesgos. Justo al acabar esta actividad y hacer la valoración oportuna, les pedí que escribieran anonimamente posibles preguntas que se quedaron sin contestar y que no habían tenido la oportunidad de hablar, o que no habían tenido valor de hacerlo. Ha sido muy interesante, porque han salido varios asuntos muy delicados.

El primer aspecto que salió fue: ¿es adecuado descargar música o películas en la red? Con esta oración, prendió la mecha rápidamente. Una vez que argumenté lo que dice la ley, la realidad actual en la que nos desenvolvemos, el derecho de la propiedad y todo que engloba este asunto, salieron muchos a opinar al respecto y a cuestionar varios de los planteamientos abordados. Se sentían contrariados porque querían posicionarse en contra de lo que les explicaba, necesitaban sentirse seguros que lo que hacían era correcto,  buscaban quedarse tranquilos y "libres de culpa"para que sus reproductores pudieran seguir funcionando y su ocio siguiera inalterado. Lanzaban respuestas y surgían nuevas preguntas: ¿Y para qué existen programas que permitan descargarlo?, ¿qué páginas son legales?, ¿es legal escuchar música online?,... Han vivido momentos agónicos al saber que han cometido pequeñas (o grandes) faltas.

La segunda cuestión a la que nos hemos enfrentado ha sido: ¿se pueden borrar nuestros registros en la red? Una de los momentos más cómicos en las caras de los chicos ha sido el saber el rastro digital que dejan cada uno de ellos. He apreciado caras vergonzosas y rostros que indicaban algunas de sus pillerías a bordo de las tecnologías. Nos ha costado entender la retención de información aunque los usuarios lo eliminemos de nuestros "dominios", y sobre todo, hemos intentado entender la dificultad de borrar nuestras acciones. Nos asusta pensar que nuestros errores quedarán por los siglos de los siglos, y más, cuando se trata de personas que están en crecimiento y tienen el derecho y el deber de equivocarse. Considero que no es algo muy justo, pero en este ámbito no se entiende de edades.

La tercera pregunta estaba relacionada con la responsabilidad legal de enviar fotos de otras personas. Esta parte ha sido el momento estrella, ya que partimos de la siguiente rutina juvenil (y no tanto): fotos con los variados círculos de amigos en las diferentes redes y espacios, comentarios al respecto, envío de selfies o de instantáneas a particulares o grupos,... Es complicado hacerles ver cómo se pierde el control de una imagen en apenas unos segundos, o como se pueden tergiversar las intenciones o comentarios, desencadenando en dolor a terceras personas o a nosotros mismos. Deben entender que NO todo vale, y que el respeto hacia uno mismo y hacia los demás tiene que ser similar al de la vida real. Y creo que este es nuestro reto educativo realmente. Un reto compartido entre la escuela y la familia, que busque el bien común del chico/a, sin competiciones, achaques ni rencores. Al fin y al cabo, perseguimos lo mismo.

Otras preguntas que han quedado en el aire han sido las siguientes:
-¿te pueden observar por las cámaras de los dispositivos?
-¿Es mala la pornografía?
-¿Es Internet un peligro para los adultos?
-¿Son seguros los diferentes espacios web?

Haciendo una síntesis de la sesión de hoy, creo que es un tema complicado de abordar, porque creo que no tengo la suficiente formación para afrontar cada paso gigantesco que da la tecnología en cada momento. Mi experiencia se basa en lo cotidiano y en mi sentido común (al que pongo en entredicho cada día). Valoro mucho que sea un tema tratado en clase, con una actitud de escucha hacia sus inquietudes y con un lado formativo y educativo. Es impensable pensar cómo hoy en día las tecnologías no están presentes en las aulas de una forma más activa (al menos en la mía) y cómo no hay estructuras curriculares que formen al alumnado en este asunto. Por otro lado, me pregunto si no podemos mantener las aulas como un espacio vacío del uso tecnológico, en el que podamos cuidar las relaciones personales, la atención hacia los demás sin estar manipulando a la vez un aparato, o simplemente cultivando el disfrute de estar con otros. Lo ideal es un equilibrio, pero... ¿Quién?, ¿cómo?, ¿por qué?,...

Cambiando de asuntos y volviendo a nuestros pasos semanales, destaco dos momentos:

-Los desayunos compartidos han triunfado el viernes pasado de nuevo. Unas galletas caseras y una tarta de tres chocolates presidieron la mesa y cumplieron con las expectativas creadas respecto a este momento ¡Qué pa-sa-da!



-Las cuestiones de esta semana en las preguntas que lanzan han sido:
     ¿Nuestros sueños son preocupaciones?
     ¿Pueden ser peligrosos nuestros sueños?
     ¿Podemos morir en un sueño y a la vez, en la vida real?

Mientras acabo este artículo, creo que la próxima semana voy a poder contaros algo emocionante. ¡No dejo de pensar en ello y eso que no ha empezado!

1 comentario:

  1. Mis preguntas de la semana nunca salen... y eso que a veces soy el único que escribo...

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